Análisis: Improvisación Nº1 de Enrique Crespo
La obra que vamos a
analizar en esta ocasión, como su título indica es de un carácter
improvisatorio en su totalidad. Incluye una gran cantidad de recursos
propios y únicos del trombón, lo que demuestra el amplio
conocimiento del compositor sobre este instrumento.
La obra se divide en
tres secciones muy claras, del compás 1 al 18, del 19 al 65 y del 66
al final.
Como es propio de
las obras contemporáneas y sobre todo las que no llevan
acompañamiento, en la partitura aparece todo escrito por parte del
compositor.
Ahora vamos a pasar
a analizar los símbolos más extraños que aparecen en la obra y que
serán marcados con un cuadrado en la partitura que irá como anexo
al final del proyecto.
En el compás 1 nos
encontramos con el primero de los símbolos el cual requiere que el
intérprete comience la nota en tres pes totalmente plano y a medida
que va creciendo en intensidad, se produzca un vibrato de vara cada
vez más amplio. Crespo buscaba que ese compás acabara en la
posición exacta del Mi tras el vibrato de vara. Este recurso lo
utilizará en numerosas ocasiones a lo largo de la obra como podemos
ver en los compases 12, 14, 31, 33 y 49.
No tardamos en encontrar el siguente símbolo en el compás 10, el cual no es más que un simple glisando, con la característica de que no nos lleva a ningún sitio, es decir, deja libertad de finalización en el glisando pero sin pasar de la posición del armónico, por lo que solo se podrá realizar en intervalo de 4ª que es lo que permitirá la vara. Éste lo podemos observar en los compases 10, 26, 27, 29, 37, 38 (éste lo hará de forma ascendente), 45, 46, 47, 54, 75, 76, 80 y 82.
El siguiente símbolo
que aparece en la obra será éste: (~) en los compases 21 y 22. Lo
que indica es exáctamente lo mismo que indicaría en una obra del
Clasicismo o Barroco, con la diferencia que el compositor nos sugiere
con una marca indicatoria como lo quiere exactamente en cuanto a la
articulación.
El compás 34 y el
35 presenta un símbolo muy común entre los saxofonistas que no es
otro que el bisbigliando. Éste consiste en realizar la misma nota en
posiciones diferentes cambiando estas últimas muy rápidamente. En
el compás 35 Enrique Crespo introduce también dentro del
bisbligliando un portamento que aparecerá más adelante.
Una vez visto los símbolos extraños que aparecen en la partitura, podemos centrarnos en la forma estructural de la obra.
En la primera parte
que recordemos va del compás 1 al 18, Enrique Crespo conecta
perfectamente cada parte con la repetición de una nota larga en un
registro muy grave del instrumento. Esta nota larga irá antecedida
del mismo pasaje de semicorcheas con la misma secuencia de notas y la
misma articulación.
Comienza la segunda
parte en el compás 19 con un tiempo movido donde la corchea equivale
a 138 bpm y en 7/8. Esta parte estará dividida en cuatro secciones
que irán del compás 19 al 27, del 28 al 35, del 36 al 49 y del 50
al 65.
La primera sección
de esta segunda parte, viene marcada por una dificultad tímbrica
debido a la articulación tan variada en cada nota y por una
repetición de toda la sección que va poco a poco creciendo buscando
el clímax de la obra.
La segunda sección
que comienza con el motivo melódico X, que
ya presentó en la primera parte en el compás 9 será la que
contenga el clímax de la obra y la dinámica más fuerte también en
el compás 29. El clímax llegará en el compás 34 con un Fá sobre
agudo en bisbigliando.
Enmarcado se encuentra el Motivo Melódico X
La tercera sección
vuelve a introducir el motivo melódico X en el compás 37 que creará
unión entre las partes y las secciones. Es importante destacar de
esta sección que en el compás 40 vuelve a presentar la secuencia de
notas en semicorcheas con la nota larga grave de la primera parte,
con la diferencia de que el tiempo será más lento, puesto ahora el
ritmo va a corchea y no a negra como ocurre en la primera parte.
Tocar este compás a la velocidad que se hace al comienzo de la obra
es un fallo común entre los trombonistas, incluso profesionales.
En el compás 42,
Crespo aprovecha el timbre similar del trombón con la voz para
escribir una parte que hará referencia a un discurso como indica en
la partitura con la reseña “parlando”.
El compás 46
comienza a conducirnos con un ritmo ligero hacia la sección 4 donde
habrá un “agitato”. La sección 4 es una de las más difíciles
de interpretar con el trombón, puesto que requerirá de un gran
dominio del registro agudo del trombón y del doble picado y la
velocidad de la vara con las secuencias cada vez más rápidas que se
organizan de la siguiente forma: del compás 50 al 54, del 55 a la
primera parte del compás 56, de la segunda parte del compás 56 al
57, del 58 al 59 y por último del 60 al 61.
La parte en
“agitato” que continua a lo anterior, es un enlace que nos
llevará a la tercera parte nuevamente con el motivo presentado al
principio en el compás 65 y que estará señalado en el anexo con
una “nube”.
En el compás 66
comienza la Parte 3 en un 7/8 con la misma idea rítmica y de
articulacion que el comienzo de la Parte 2, solo que esta vez sin
repetición. En toda esta parte habrá un “cresscendo” regular
que va desde el compás 66 hasta el 86 donde vuelve a mostrar las
tres efes que tras una escala por cuartas en ritmo de tresillo de
negras, culmina en un mi grave con calderón que será la misma nota
con la que comenzó la obra aunque en un registro más grave. Ésto
hace que la conexión de la obra sea total.
Trabajo realizado por:
R.C.Gomariz
No hay comentarios